La (re)habilitación de una construcción abandonada e inacabada hace más de 30 años, condiciona las premisas formales para alojar el eco-restaurante. La sostenibilidad y localidad, asociados a este concepto, tendrán continuidad en una construcción responsable y consciente del impacto hacia su entorno. La parcela se encuentra en Navalagamella, sierra de Madrid, y el proyecto recibe el respaldo público del programa LEADER, dentro de las iniciativas comunitarias de desarrollo rural europeas. Se apuesta por conservar la construcción preexistente, parte del imaginario local, y trabajar sobre ella dentro de un lenguaje material sincero y arraigado a su entorno. Estratificando la actuación en capas vistas superpuestas (corcho, madera, ladrillo) se establece un diálogo abierto. Un edificio vivo que interactúa con el concepto de eco-restaurante, nutriéndose de su tierra, de su huerto, de su ganadería local, de su entorno, para transformar la materia prima y dar continuidad a su ciclo natural.